¡RELACIÓN, el gran laboratorio de nuestro Yo en la VIDA!
Las relaciones son la propia vida, lo que contribuyó al desarrollo de ella.
¿Qué es la vida?
La vida es la relación que nuestro ser tiene con todas las cosas. La actitud de relacionarme determina mi vida. Esta actitud en nuestro plano de conciencia humana es dual.
Nos relacionamos de manera positiva cuando tendemos a unirnos, a conectarnos con el todo, o de manera negativa, cuando tendiendo a desunir o no conectarnos.
La relación destructiva, no obstante, es menos perjudicial que la ausencia total de la relación. A pesar de la relación destructiva, llevar a un clímax de negatividad, la crisis que ella produce termina conduciéndonos a la disolución de la negatividad. Sin embargo, la ausencia total de relación es la propia oposición al movimiento vital. La meta de las relaciones es la unión. La atracción entre los opuestos complementarios es la ley universal de lo que llamamos «amor».
¿Cómo una conciencia humana se capacita para relacionarse?
Cuando ella tiene la capacidad de fluir hacia la unión.
¿De qué depende?
De su voluntad interna para unirse y de su disposición a correr riesgos, de su coraje (acción del corazón).
Significa arriesgarse a involucrarse con la emoción, independientemente de errar, sufrir o tener sentimientos negativos. En nuestro tiempo evolutivo, el patrón de nuestras relaciones es una combinación en una misma conciencia entre la libertad de relacionarse en unas áreas y la obstrucción en otras. Es la combinación entre placer e insatisfacción.
¿Qué es el placer?
Es la vida, es el flujo libre de conciencia, es lo que se realiza en la unión en todos los niveles (del físico al espiritual).
En la ausencia del placer o insatisfacción hay obstrucción de las corrientes de la vida, obstrucciones inconscientes en los diversos planos que imponen una ausencia de placer, o ausencia de flujo que afecta a un verdadero lazo, y al intercambio relacional. Hay carencia de profundidad en el contacto.
¿Qué determina la profundidad en una relación? (este es un factor decisivo que mide el intercambio, no el hecho de estar juntos físicamente, o formalmente).
- El nivel de comunicación: Arriesgarse a ser honesto consigo y con el otro.
- El nivel de exposición: Comprometerse a estar abierto a expresar los sentimientos más profundos.
- El nivel de compromiso: Tener la capacidad de arriesgarse y tener responsabilidad (respuestas) entre las causas y efectos de mis actos en la relación.
Una persona puede ser sola y tener mucha profundidad en sus relaciones. Otra puede estar junto a alguien de manera superficial una vida entera. Requiere que cada conciencia se responsabilice por las distorsiones que impiden su flujo a la unión. Una relación sin fricciones aparentes no implica un compromiso profundo y sano. En una relación en crisis, puede parecer que aparentemente se está poniendo peor, y sin embargo se está experimentando un requisito previo de una cura.
Cuando dos o más personas crecen juntas, en cualquier tipo de relación, (compañerismo – amistad – amor) pasan por varias etapas: Idealización – decepción – manipulación – crisis – reequilibrio.
El desequilibrio que entorpece en la vida de pareja es SISTÉMICO, cuando cada uno está preso al contexto mayor de su sistema de origen.
¿Qué crea la separación en una relación?
El daño causado por las expectativas y exigencias de los participantes, la recreación de los patrones inconscientes negativos que llevan a la separación y se repiten en la relación.
A veces esa expectativa viene de los Campos Familiares, de las memorias insertadas en esos campos, sea de traumas en el sistema (específicamente de relaciones), sean los enmarañados (fidelidad al sistema anterior, compensaciones).
En la Terapia de Parejas, tanto las cuestiones de interacciones negativas del ego personal necesitan ser transmutadas, como las cuestiones sistémicas. Esta última tiene mayor profundidad y fuerza de bloqueo. Son más difíciles de seres vistas.
En las alianzas el Amor a segunda vista, como llama Bert Hellinger, (te amo con tus diferencias) se cura de los enmarañados sistémicos una vez que Amo lo que te guía y amo lo que me guía. Nuevamente asinto lo que viene del sistema de mi pareja (a) con gratitud. Me encanta el origen que lo trajo a esta asociación.
¿Quién es más responsable en una relación?
Aquella persona más desarrollada conscientemente, porque es ella quien buscará una interacción más profunda ante los conflictos y mayor integridad.
Cuando hay un emparejamiento en conciencia, ambos son responsables.
Cuando la destructividad es una constante interferencia para el desarrollo de sentimientos de armonía y crecimiento, y este último se hace imposible por el contacto predominantemente negativo, la Guía de Pathwork dice que la relación debe ser cancelada. Generalmente es la persona más desarrollada que toma la iniciativa.
Explorar la interacción negativa y sus efectos es un objetivo, difícil más gratificante.
¿Dónde voy, si es que voy?
El orden básico en las relaciones, y específicamente de mayor importancia, entre socios comprometidos en una relación completa (física – mental – emocional y espiritual) es el orden del equilibrio entre el dar-recibir, según el enfoque sistémico de Bert Hellinger.
Significa que existe igualdad en el tomar y dar entre dos socios.
Cuando no se toma toda la fuerza de los padres y de los ancestros, arriesgamos a quedarse sin la fuerza, y así en la carencia buscarla donde no puede ser dada, a pesar del amor y de las buenas intenciones de nuestro (a) socio (a) . El tomar y dar no estar en equilibrio comprometen el flujo de la asociación. El desequilibrio del flujo causa ruptura y separación.
En el desequilibrio que entorpece en la vida de la pareja cuando es SISTEMICO (lo que sucede generalmente), cada uno está preso al contexto mayor de su sistema de origen.
El problema mayor que llevamos a nuestras relaciones y de donde se originan la mayor parte de los conflictos entre parejas, es lo que llamar a la demanda proyectada. Se dirigen a los socios, pero son en relación a los enredos con la familia de origen.
La destructividad en las asociaciones puede provenir de:
- Problemas no resueltos en la familia de origen.
- Golpes del destino (accidentes, enfermedades, pérdida de hijos, deficiencias adquiridas, hijos con discapacidad)
- Decisiones de historia de la pareja: aborto, desempleo, deuda, infidelidad …
- Negación de los intercambios sexuales: cada pareja proporciona algo decisivo que falta al otro.
Transmisión de la vida: La mujer contribuye con su propia vida dando la luz a sus hijos y nutréndolos. El hombre protege, da lugar a sus hijos y los coloca en el mundo.
Cuando se acepta conscientemente y con amor lo que permanece en desequilibrio, se pueden adoptar soluciones nuevas que permiten progresar en el nivel del Alma.
Graciela Rozenthal